En todo el mundo, los países están intensificando su juego para lograr una mayor sostenibilidad, principalmente del cambio climático, en sus industrias financieras. Los planes están más avanzados en la Unión Europea y Canadá.
En los últimos años, múltiples países han avanzado en el desarrollo de planes de financiación sostenible para ayudar a dirigir la inversión hacia soluciones climáticas. Por otro lado, Estados Unidos, bajo la administración del expresidente Donald Trump, ha debilitado la normativa medioambiental mientras espera que con la llegada del presidente Joe Biden pueda recuperar rápidamente el terreno perdido.
El Plan de Acción de la UE para Financiar el Crecimiento Sostenible, anunciado en marzo de 2018, estableció una serie de plazos para ayudar a alcanzar su objetivo de emisiones netas de carbono cero para 2050. El plan exige a todas las empresas que cotizan en bolsa en la UE con más de 500 empleados que revelen qué parte de sus ingresos procede de iniciativas ecológicas.
En 2019, el Panel de Expertos en Finanzas Sostenibles de Canadá publicó su informe final en el que abordaba cómo hacer que la conversación sobre el cambio climático de la nación pase de ser una "carga a una oportunidad" y participar en la transición hacia una economía competitiva de bajas emisiones.
A pesar de la notable indiferencia del anterior Presidente de EE.UU. por el cambio climático, un comité consultivo logró elaborar el año pasado un informe sobre la gestión del riesgo climático en el sistema financiero estadounidense. Concluían: "El cambio climático supone un riesgo importante para la estabilidad del sistema financiero de EE.UU. y para su capacidad de sostener la economía estadounidense."
El Presidente Joseph Biden y su equipo dejaron claro que la acción por el clima será una prioridad para su administración. Han actuado con rapidez para cumplir sus promesas electorales y, en los primeros días, Biden emitió órdenes ejecutivas para cancelar el polémico oleoducto Keystone XL y devolver a Estados Unidos al Acuerdo (sobre el clima) de París.
La orden ejecutiva de Biden establece un Grupo de Trabajo Nacional sobre el Clima formado por los directores de los departamentos y agencias federales encargados de los asuntos internos, con el fin de determinar las principales medidas federales para reducir la contaminación climática, aumentar la resistencia a los efectos del cambio climático y crear empleos sindicales bien remunerados y un crecimiento económico y beneficios equitativos.
Además, la inversión sostenible se ha disparado en los últimos años. La consideración de criterios medioambientales por parte de los gestores de activos creció 58% de 2018 a 2020. El consejero delegado de BlackRock, confirmó en su carta anual de 2021 a los accionistas que "ningún tema ocupa un lugar más alto que el cambio climático en las listas de prioridades de nuestros clientes. Nos preguntan por ello casi todos los días". Incluso General Motors, dio un impulso eficaz a los planes climáticos de la Administración Biden al anunciar recientemente que se compromete a poner fin a la producción de vehículos de gasolina para 2035.
Hasta ahora, Estados Unidos se ha comprometido a avanzar en materia de cambio climático y en una serie de cuestiones de sostenibilidad medioambiental y social.
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