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En tiempos de volatilidad, el liderazgo en sostenibilidad empresarial orienta la legislación y gestiona con éxito los riesgos internos y externos. La rentabilidad sostenible, el Estado de Derecho y la cooperación entre empresas, sociedad civil y gobiernos son las mayores bazas para responder a las preocupaciones de los ciudadanos por el futuro de Europa. Las recientes elecciones al Parlamento Europeo han suscitado una gran atención, y los resultados provisionales indican importantes pérdidas para los partidos verdes. The Guardian informa de que estos reveses han suscitado temores sobre el futuro de las ambiciones climáticas del continente. Las proyecciones sitúan a la facción Verde del cuarto al sexto puesto, con 53 escaños, en medio de un giro más amplio a la derecha.
En Alemania, tradicionalmente un bastión de Los Verdes, la cuota de voto del partido se ha reducido casi a la mitad desde las elecciones de 2019, cayendo 8,5 puntos porcentuales hasta 12%. Del mismo modo, en Francia, donde la extrema derecha lidera y el presidente Emmanuel Macron llamó a elecciones anticipadasEl apoyo a los Verdes también cayó por el mismo margen. A pesar de estas pérdidas, los Verdes lograron pequeñas victorias en otros países. En Dinamarca obtuvieron un escaño más, con lo que suman tres, y en Suecia mantuvieron sus tres escaños. Además, una coalición verde-izquierda superó por poco a la extrema derecha en los Países Bajos.
Bas Eickhout, uno de los principales candidatos del Partido Verde, sigue siendo optimista a pesar de los resultados previstos. Se ha comprometido a abogar por un Green Deal acelerado. En las elecciones de 2019, los Verdes obtuvieron unos resultados inusualmente buenos, impulsados por las protestas estudiantiles lideradas por Greta Thunberg, que situaron el cambio climático en primera línea del discurso político. Sin embargo, las preocupaciones actuales sobre la guerra y la inestabilidad económica parecen haber eclipsado las cuestiones medioambientales para muchos votantes.
Político destaca que las recientes elecciones fueron favorables para los partidos de centro-derecha y de extrema derecha, al tiempo que resultaron especialmente difíciles para liberales y verdes. Los próximos cinco años son cruciales para que Europa cumpla sus objetivos climáticos para 2030, y el Parlamento Europeo recién elegido desempeñará un papel importante en la configuración de estos esfuerzos. Existe la preocupación de que un Parlamento más escéptico con el clima pueda introducir lagunas para debilitar las leyes climáticas existentes, incluida la eliminación progresiva de los nuevos coches con motor de combustión para 2035.
Reuters señala que el Parlamento Europeo negociará con los países de la UE un nuevo objetivo jurídicamente vinculante de reducción de emisiones para 2040, que marcará el rumbo de las futuras políticas para frenar las emisiones en diversos sectores, como la agricultura, la industria y el transporte.
Antes de las elecciones, el Daily Telegraph ha informado de que los partidos de extrema derecha están conspirando para desmantelar la legislación de la UE sobre emisiones netas cero. Los políticos verdes advirtieron de que las fuerzas nacionalistas podrían socavar el objetivo de carbono cero del bloque para 2050, del mismo modo que han influido en la política migratoria europea. Philippe Lamberts, copresidente de Los Verdes Europeos, expresó su preocupación por el impacto de los partidos de derechas en la legislación verde nueva y existente.
El New York Times destacó cómo una reacción violenta contra el clima influyó en las campañas electorales en Europa, advirtiendo que un alejamiento de las políticas verdes podría tener repercusiones mundiales. DeSmog identificó destacadas falsedades sobre las reformas verdes en alimentación y agricultura que dominaron las campañas electorales. Mientras tanto, el Financial Times examinó cómo la primera ministra italiana de extrema derecha, Giorgia Meloni, está frenando el despliegue de la energía solar en el país.
A medida que concluyen las elecciones al Parlamento Europeo, el impacto potencial sobre el Pacto Verde y las iniciativas climáticas más amplias sigue siendo una preocupación crítica, con implicaciones globales que dependen de la dirección que tomará la política climática europea en los próximos años.
El consenso político impulsa el avance hacia la neutralidad del carbono en Europa
Europa ha dado pasos significativos hacia la neutralidad del carbono, sobre todo en el sector energético, donde el consenso político ha desempeñado un papel fundamental. El panorama geopolítico general, en particular la invasión de Ucrania por Rusia, ha impulsado a Europa a reducir su dependencia del gas ruso. Esta urgencia se ha canalizado a través de iniciativas como REPowerEU, cuyo objetivo es acelerar el despliegue de fuentes de energía renovables en todo el continente.
Un importante 74% de expertos en sostenibilidad entrevistado creen que los esfuerzos de la UE por promover la energía descarbonizada contribuirán significativamente a alcanzar el objetivo de neutralidad climática del bloque para 2050. Este optimismo se debe al sólido marco político y a la clara dirección estratégica impulsada por los recientes acontecimientos geopolíticos. Sin embargo, no todas las políticas de Green Deal han gozado del mismo nivel de respaldo político. La encuesta revela que 62% de los encuestados señalan el "insuficiente compromiso de los gobiernos de los Estados miembros" como principal obstáculo para transformar el Pacto Verde en una legislación concreta y aprobada.
Se anima a la próxima Comisión a centrarse en colmar las lagunas existentes fomentando una mayor voluntad política y cooperación entre los Estados miembros. Esto incluye abordar los retos en las áreas menos apoyadas del Pacto Verde y garantizar que los ambiciosos objetivos se traduzcan en medidas aplicables y ejecutables.
En general, aunque Europa ha realizado progresos encomiables en sectores en los que existe consenso político, el camino hacia la plena neutralidad en carbono requiere un enfoque más cohesionado y comprometido en todos los ámbitos políticos. El éxito futuro del Pacto Verde dependerá en gran medida de la capacidad de la próxima Comisión para galvanizar el apoyo y aplicar estrategias eficaces para superar los obstáculos actuales.
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