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Normativa ESG y comercio UE-Reino Unido: Una nueva era de sostenibilidad

21 de octubre de 2024
Por CSE
Normativa ESG y comercio UE-Reino Unido: Una nueva era de sostenibilidad

En los últimos años, los criterios ASG se han convertido en un punto central tanto para la Unión Europea (UE) como para el Reino Unido (RU), influyendo en los marcos normativos y remodelando la responsabilidad de las empresas. Tras la salida del Reino Unido de la UE, la divergencia en los enfoques normativos en materia de ASG ha creado una nueva dinámica para las relaciones comerciales, que repercute en las empresas de ambas partes del Canal de la Mancha. A medida que las empresas navegan por este panorama cambiante, se enfrentan a mayores requisitos de cumplimiento y a las expectativas cambiantes de los inversores, especialmente en lo que respecta a la sostenibilidad, la transparencia de la cadena de suministro y el gobierno corporativo.

Normativa ESG y comercio UE-Reino Unido: Una nueva era de sostenibilidad

 

El papel de la ASG en las normativas de la UE y el Reino Unido

En el centro de estos cambios está el énfasis en la ASG como pilar central de las reformas normativas en la UE y el Reino Unido. Ambas regiones han introducido ambiciosos programas legislativos destinados a mejorar la sostenibilidad, la protección de los derechos humanos y la gestión medioambiental. La UE ha adoptado una postura especialmente proactiva, introduciendo directivas clave como la Directiva sobre informes de sostenibilidad empresarial (CSRD) y el Directiva sobre la diligencia debida en materia de sostenibilidad empresarial (CS3D). Estos reglamentos imponen a las empresas amplios requisitos de diligencia debida e información en materia de ASG, no sólo dentro de la UE, sino también a las empresas extracomunitarias que operan en el bloque.

El CSRD, por ejemplo, obliga a informar ampliamente sobre ESG, abarcando áreas como el cambio climático, la biodiversidad, las prácticas de economía circular y las normas laborales. Por su parte, la CDS3D obliga a las empresas a llevar a cabo una diligencia debida en sus cadenas de suministro, garantizando el cumplimiento de los derechos humanos y las normas medioambientales, incluidas las preocupaciones relacionadas con el clima. Del mismo modo, la Reglamento de la UE sobre deforestación y el propuesta de Reglamento sobre el trabajo forzoso (FLR) insisten además en la necesidad de que las empresas ajusten sus cadenas de suministro a los principios ESG, garantizando que los productos vendidos en la UE estén libres de deforestación y de trabajo forzoso.

Por parte del Reino Unido, aunque el país ha abandonado la UE, sigue desarrollando su propia normativa centrada en la ASG. Iniciativas como la norma contra el lavado verde introducido por el Autoridad de Conducta Financiera (FCA)junto con las próximas normas de etiquetado y comercialización de productos, pretenden combatir las afirmaciones engañosas sobre sostenibilidad. Además, el compromiso del Reino Unido con la diligencia debida en la cadena de suministro se refleja en medidas como el régimen de materias primas de riesgo forestal, diseñado para mitigar el impacto ambiental de las importaciones clave. Además, la propuesta del gobierno británico de un mecanismo de ajuste de las emisiones de carbono en frontera, similar al de la UE, pretende imponer costes de carbono a los productos importados, incentivando así prácticas más ecológicas en sectores como el aluminio, el cemento y el acero.

 

ESG y comercio: impacto en las importaciones y exportaciones

Estas nuevas normativas están reconfigurando la forma en que se comercializan las mercancías entre la UE y el Reino Unido, así como con otros mercados internacionales. Para las empresas que exportan a la UE, el cumplimiento de estrictas normas ESG se ha convertido en un requisito fundamental. El sitio Mecanismo de Ajuste en la Frontera del Carbono (CBAM)que entrará plenamente en vigor en 2026, igualará las condiciones de competencia entre los productos nacionales de la UE y los importados al imponer un coste del carbono a las mercancías que entren en el mercado de la UE. Esto puede plantear problemas a los exportadores británicos, sobre todo en sectores como el acero y el aluminio, donde las emisiones de carbono son elevadas. Mecanismos similares propuestos en el Reino Unido sugieren que los importadores británicos se enfrentarán a retos comparables cuando se abastezcan de productos con altas emisiones de carbono procedentes de fuera de sus fronteras.

En cuanto a la gestión de la cadena de suministro, tanto la UE como el Reino Unido dan prioridad a la transparencia y el abastecimiento ético, lo que afecta directamente a la dinámica comercial. La CDS3D y el régimen de materias primas de riesgo forestal del Reino Unido, por ejemplo, ejercen una presión significativa sobre las empresas para que controlen sus cadenas de suministro en cuanto a riesgos medioambientales y de derechos humanos. No hacerlo puede acarrear restricciones comerciales o multas. Esto aumenta los costes operativos de las empresas, en particular de las que se abastecen de materiales procedentes de regiones asociadas a un mayor riesgo de deforestación, trabajo forzoso u otras violaciones de las normas ASG. Sin embargo, estas normativas también presentan oportunidades para las empresas que pueden demostrar prácticas sostenibles, ya que pueden obtener una ventaja competitiva en un mercado cada vez más definido por la demanda de productos éticos por parte de los consumidores.

 

Beneficios y retos de la normativa ESG

Aunque estas normativas conllevan nuevas complejidades, las empresas que se adapten eficazmente al cambiante panorama ASG obtendrán notables beneficios. El cumplimiento de estas estrictas normas puede mejorar la reputación de las empresas, atraer a inversores preocupados por la ASG y generar confianza entre los consumidores. Por ejemplo, las empresas que cumplen las normas sobre alegaciones ecológicas propuestas por la UE pueden comercializar sus productos como respetuosos con el medio ambiente con mayor credibilidad, lo que abre oportunidades en mercados donde la sostenibilidad es un criterio de compra clave. Además, el cumplimiento de estas normas ayuda a las empresas a prepararse para el futuro, ya que les garantiza estar en consonancia con las tendencias mundiales hacia la sostenibilidad, reduciendo el riesgo de quedarse rezagadas frente a sus competidores en mercados como la UE, donde estas expectativas se están convirtiendo rápidamente en la norma.

Dicho esto, los retos para las empresas -especialmente las PYME- son considerables. Cumplir las exhaustivas obligaciones de diligencia debida e información establecidas por la Directiva sobre la seguridad y la salud en el trabajo o la normativa británica sobre diligencia debida en la cadena de suministro exige una inversión sustancial en infraestructuras de cumplimiento, incluidos sistemas de auditoría para rastrear los orígenes de los materiales y las prácticas laborales en las cadenas de suministro mundiales. Esto podría afectar de manera desproporcionada a las empresas más pequeñas, que pueden carecer de los recursos necesarios para implantar estos sistemas.

 

El futuro de las ESG en las relaciones UE-Reino Unido

A medida que evolucionan los marcos normativos en materia de ASG, las empresas que operan en la UE y el Reino Unido tendrán que mantenerse ágiles. El cumplimiento de los distintos regímenes de ambas partes será esencial para mantener el acceso al mercado y evitar posibles interrupciones del comercio. El Acuerdo de Comercio y Cooperación (ACC) entre la UE y el Reino Unido, que incluye disposiciones sobre sostenibilidad y diligencia debida en la cadena de suministro, puede servir de modelo para futuros acuerdos comerciales, integrando aún más las consideraciones ASG en el tejido del comercio internacional.

 

El auge de la ASG como foco normativo tanto en la UE como en el Reino Unido está transformando las prácticas empresariales, las relaciones comerciales y el comportamiento del mercado. Aunque estos cambios plantean retos, sobre todo en términos de cumplimiento y costes operativos, también ofrecen oportunidades para las empresas que puedan alinearse con el cambio global hacia la sostenibilidad. La interacción entre la normativa ASG y el comercio seguirá configurando el panorama económico en Europa y fuera de ella, subrayando la importancia de la responsabilidad, la transparencia y las prácticas sostenibles de las empresas en la era post-Brexit.

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