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El llamado Ley de Reducción de la Inflación es una ley histórica sobre el clima que acaba de aprobar el Congreso de Estados Unidos. Esta nueva ley climática representa la mayor inversión individual del país para combatir el cambio climático.
La legislación abarca un amplio abanico de temas, desde la seguridad energética y el cambio climático hasta la atención sanitaria, como los programas de reembolso de la energía doméstica y la desgravación fiscal para comprar nuevos vehículos eléctricos.
Estados Unidos, nuevo líder en la lucha contra el cambio climático en Norteamérica
Tanto Estados Unidos como Canadá tienen el objetivo de reducir para 2030 las emisiones de gases de efecto invernadero en 40% por debajo de los niveles de 2005. Esta legislación sirve de llamada de atención para Canadá. Dado que Canadá ya no es el líder norteamericano en la lucha contra el cambio climático, Estados Unidos ha tomado la delantera mostrando un nuevo camino al intentar limpiar las emisiones mediante enormes inversiones en tecnologías verdes y no imponiendo un sistema federal de tarificación del carbono.
Plan actual de Canadá
El sistema federal canadiense de tarificación del carbono aumentará considerablemente, pasando de su nivel actual de $50 por tonelada de emisiones a $170 en 2030, con el fin de empujar a los consumidores hacia fuentes de energía más limpias. Aunque el Gobierno ha anunciado nuevas inversiones por valor de 1.400 millones de dólares que harán más limpia la red eléctrica canadiense, la tarificación del carbono sigue siendo la piedra angular del plan federal sobre el clima.
¿Qué significa para Canadá la Ley de Reducción de la Inflación?
Las inversiones estadounidenses relacionadas con el clima son ahora unas tres veces mayores per cápita que las inversiones climáticas del presupuesto federal canadiense de 2022. Sin embargo, la ley climática podría generar nuevas oportunidades económicas para las industrias automotriz, energética y minera de Canadá.
Según la nueva legislación estadounidense, se incluye un crédito fiscal de $7.500 para comprar vehículos eléctricos fabricados en Norteamérica. La batería del coche necesitará cada vez más componentes norteamericanos, desde el 50% de la batería en 2024, hasta el 100% en 2028. El Gobierno canadiense también ha presupuestado recientemente $4.000 millones para desarrollar el sector de minerales críticos del país, lo que significa que las empresas locales podrían tener acceso a fondos si empiezan a extraer los materiales adecuados.
Es muy probable que los proyectos canadienses de níquel, gestionados por las mineras Vale SA y Glencore Plc. vean aumentar su valor, mientras que Sigma Lithium Corp., que aspira a convertirse en uno de los mayores proveedores mundiales de litio, ha reconocido que esta legislación tendrá un impacto positivo en la cadena de suministro de vehículos eléctricos.
Por último, pero no por ello menos importante, el hecho de que Canadá sea un socio comercial de confianza de Estados Unidos es un mensaje importante para los inversores y probablemente estimulará el interés de las empresas mineras extranjeras por los sectores minero y automovilístico canadienses.
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