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Proyecto de ley C-59: Lucha contra el lavado verde y refuerzo de la información ESG

2 de octubre de 2024
Por CSE
Proyecto de ley C-59: Lucha contra el lavado verde y refuerzo de la información ESG

Proyecto de ley C-59 representa un paso importante en el esfuerzo actual de Canadá por reforzar la Ley de Competenciacentrándose en la lucha contra lavado verde. Por "lavado verde" se entiende la práctica engañosa de hacer afirmaciones falsas o exageradas sobre las ventajas medioambientales de un producto o una empresa. Como el mundo exige cada vez más responsabilidad medioambiental a las empresas, el proyecto de ley C-59 exige a las empresas normas más estrictas, especialmente en sus afirmaciones medioambientales. El proyecto de ley también se cruza profundamente con la información ESG. Sin embargo, los retos asociados a la información ESG hacen que el cumplimiento de la Ley C-59 sea un reto tanto legal como operativo para las empresas.

A continuación se explica la importancia de este proyecto de ley, los retos que plantea y sus implicaciones más amplias para la presentación de informes ESG.

 

Principales disposiciones de la Ley C-59 y su impacto en las empresas
  1. Afrontar de frente el lavado verde: El proyecto de ley C-59 aborda el lavado verde introduciendo disposiciones que obligan a las empresas a demostrar la exactitud de sus afirmaciones medioambientales. Las empresas deben garantizar que sus afirmaciones, ya sean sobre sus productos o actividades comerciales, se basan en "pruebas adecuadas y apropiadas" y en metodologías reconocidas internacionalmente. El incumplimiento de estas normas podría acarrear importantes sanciones económicas, de hasta $15 millones en caso de reincidencia, y daños a la reputación de la empresa.
  2. Las entidades privadas ya pueden iniciar acciones legales: Un aspecto notable del proyecto de ley es la habilitación de entidades privadas, como los grupos de defensa del medio ambiente, para presentar casos de publicidad engañosa directamente ante el Tribunal de la Competencia, a partir de 2025. Esto aumenta la exposición de las empresas a los litigios, por lo que es más importante que nunca asegurarse de que sus alegaciones medioambientales están bien documentadas y fundamentadas.
  3. Aumento de los riesgos jurídicos y de reputación: Con unos consumidores cada vez más centrados en la sostenibilidad, las empresas que hagan afirmaciones falsas pueden sufrir importantes daños en su reputación, erosionando la confianza y la lealtad. Además, el riesgo de acciones legales, tanto por parte de los reguladores como de particulares, llevará a las empresas a adoptar controles internos más estrictos sobre sus mensajes medioambientales.
La interconexión con los informes ESG

El proyecto de ley C-59, centrado en el lavado verde, pone de relieve la importancia de la información sobre ASG, ya que ahora las empresas están obligadas a garantizar la exactitud y transparencia de la información sobre medio ambiente, asuntos sociales y gobernanza. Los informes ASG se han convertido en una herramienta esencial para que las empresas muestren sus esfuerzos de sostenibilidad a las partes interesadas, incluidos inversores, reguladores y consumidores. Sin embargo, este proceso no está exento de dificultades:

  1. Falta de normalización: Los marcos de información ASG son numerosos y variados, lo que crea confusión entre las empresas sobre qué aspectos informar. La ausencia de una norma unificada para las métricas ASG complica la capacidad de las empresas para proporcionar datos coherentes y comparables, lo que puede dar lugar a discrepancias entre lo que informan y lo que esperan las partes interesadas.
  2. Recogida y gestión de datos complejos: Los informes ASG abarcan una amplia gama de cuestiones, como las emisiones de carbono, la diversidad y la inclusión, y el gobierno corporativo. Los datos necesarios para elaborar informes ESG exhaustivos proceden a menudo de distintos departamentos, lo que hace que la recopilación de datos sea fragmentaria e ineficaz. Este problema se agrava aún más por el hecho de que muchas organizaciones carecen de sistemas centralizados de registro para gestionar estos datos, lo que aumenta las posibilidades de inexactitudes e incoherencias.
  3. Verificación y transparencia: El énfasis que pone el proyecto de ley C-59 en justificar las afirmaciones medioambientales con pruebas adecuadas crea un vínculo directo con el reto de la verificación de datos en los informes ESG. Las empresas deben garantizar la fiabilidad y exactitud de sus datos ESG para evitar ser acusadas de lavado verde. Sin embargo, los métodos manuales de recopilación de datos, los silos de datos y las limitadas estructuras de gobernanza socavan a menudo la calidad de los informes ASG, dificultando la verificación por terceros.
Retos sectoriales y evolución de la normativa

Los distintos sectores se enfrentan a diferentes grados de escrutinio en lo que respecta a la presentación de informes ASG y el cumplimiento de la Ley C-59. Sectores de gran impacto como energía, minería y silvicultura deben facilitar información detallada sobre su impacto medioambiental, mientras que sectores como la finanzas están ahora obligadas a evaluar los riesgos relacionados con el clima en sus carteras de inversión. La naturaleza cambiante de la normativa ESG complica aún más las cosas. Las empresas deben adaptarse continuamente a las nuevas normas y, al mismo tiempo, seguir el ritmo de las crecientes demandas de transparencia tanto de los reguladores como de las partes interesadas.

 

La importancia del cumplimiento y las oportunidades a largo plazo

Aunque el proyecto de ley C-59 plantea retos, también ofrece oportunidades a las empresas dispuestas a ajustarse a las nuevas normas. Las empresas que adoptan la transparencia y las acciones climáticas auténticas pueden mejorar su reputación en el mercado, ganando la confianza del consumidor y una ventaja competitiva. Al centrarse en informes ESG precisos y exhaustivos, las empresas pueden diferenciarse en un mercado donde la sostenibilidad se está convirtiendo en un factor crítico de compra.

Además, las empresas que invierten en mejorar sus sistemas de recopilación y gestión de datos para la elaboración de informes ESG están mejor posicionadas para cumplir no sólo los requisitos de la Ley C-59, sino también la tendencia más amplia hacia la responsabilidad medioambiental. La integración de los datos ASG en todos los departamentos y la aplicación de sólidos marcos de gobernanza reducirán el riesgo de daños legales y de reputación, proporcionando una base para el éxito en el mercado a largo plazo.

Proyecto de ley C-59 es un texto legislativo histórico que señala el compromiso de Canadá de combatir el lavado verde y promover la transparencia medioambiental. Para las empresas, esta ley representa tanto un reto como una oportunidad.. Aunque el riesgo de litigios, multas cuantiosas y daños a la reputación es grande, las empresas que tomen medidas proactivas para mejorar sus procesos de información ASG y garantizar el cumplimiento se beneficiarán de una mayor confianza de los consumidores y de la viabilidad a largo plazo. Dado que tanto los gobiernos como los consumidores dan prioridad a la sostenibilidad, las empresas deben estar a la altura del reto y garantizar que sus afirmaciones y acciones medioambientales son auténticas y están fundamentadas.

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