Trudeau reelegido en cumplimiento de sus promesas sobre el cambio climático.

Las olas de calor extremo de este verano en Columbia Británica y sus consecuencias parecieron bastar para moldear la decisión de los canadienses justo antes de votar e instarles a contribuir al camino de su país hacia una economía de energía limpia. A pesar de que se suponía que éstas iban a ser unas elecciones sobre el cambio climático, en las que todos los partidos populares hacían hincapié en audaces planes climáticos, los resultados mostraron que la gente podría no haber estado muy alineada con esa preocupación. El gobierno reelegido de Trudeau tiene ahora la responsabilidad de intervenir y asumir el liderazgo climático a escala local e internacional, lo que sólo puede ocurrir si Canadá cumple con sus obligaciones. La transición hacia una economía con cero emisiones netas de carbono es un reto global y una necesidad drástica que hay que afrontar, tal y como exhortaron los líderes mundiales durante su reunión de la ONU en Nueva York.

Uno de los compromisos más significativos y atrevidos ha sido la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero en un 40-45% por debajo de los niveles de 2005 para 2030, con el fin último de alcanzar un carbono neto cero en 2050. Dado que aún queda mucho camino por recorrer para cumplir el objetivo del Acuerdo de París y que el mundo sigue muy lejos de alcanzarlo, los países líderes, incluido Canadá, deben ser fieles a sus compromisos.

Este ambicioso plan actual tiene como premisa la aplicación de costosas políticas climáticas que requieren apoyo a todos los niveles. Las empresas petroleras y gasísticas y sus plantillas tendrán que recibir una ayuda sustancial para convertirse en aliados en ese esfuerzo. Entre otras cosas, habrá que poner en marcha iniciativas de formación actualizadas y adoptar nuevas tecnologías. Llegados a este punto, Canadá tiene una gran responsabilidad a la hora de abordar el cambio climático y restaurar la negatividad sobre el incumplimiento de promesas como la expansión de las arenas bituminosas, que es el mayor yacimiento de crudo del planeta.

No cabe duda de que el cambio climático es actualmente una megatendencia y, junto con la evolución del campo de la ESG, se pide a los responsables de la toma de decisiones de las empresas que también se comprometan con ese progreso.

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