El petróleo canadiense en la era de la incertidumbre

Cómo reaccionan ante la pandemia los lugares que suministran petróleo a Cascadia

Los mercados del petróleo se volvieron locos esta primavera. Cuando la angustia económica de los bloqueos por coronavirus se hizo sentir, los futuros del petróleo saltaron a territorio de precios negativos y los precios de las acciones de las compañías petroleras cayeron radicalmente. La situación era tan sombría que los operadores de oleoductos llegaron a decir a las compañías petroleras que dejaran de producir porque no había dónde almacenar todo, ya que nadie quería comprar.

Ahora, en el ecuador del año y cuando las economías empiezan a mostrar algunos signos de recuperación, merece la pena analizar las posibles repercusiones sobre los trabajadores y las economías regionales.

Alberta es un peso pesado de la producción de petróleo, responsable de más de 80% de la producción total canadiense.

Aunque la industria petrolera de Alberta es relativamente estable, la caída de los mercados del petróleo ya ha hecho mella, con una producción de 13% menos que hace un año. Muchos observadores del sector afirman que Canadá se enfrenta a graves problemas a largo plazo porque es un productor intrínsecamente de alto coste y es probable que el petróleo se venda a precios relativamente bajos en los próximos años.

En otras palabras, el problema ya no es que no haya forma de mover el producto, sino que no hay suficientes compradores, al menos no a los precios necesarios para obtener beneficios.

Resulta extremadamente difícil predecir cómo responderán los mercados energéticos a largo plazo a las crisis económica y de salud pública, aunque es posible hacer algunas especulaciones. La Agencia Internacional de la Energía (AIE) predice que el consumo mundial de petróleo no volverá a los niveles anteriores a la crisis hasta dentro de al menos dos años, una perspectiva que coincide con la previsión de la Administración de Información Energética de Estados Unidos de que la producción nacional de petróleo disminuirá tanto en 2020 como en 2021.

Además, hay cuestiones pendientes sobre el crecimiento sostenible del mercado de vehículos eléctricos, la trayectoria de las emisiones de la red eléctrica y el crecimiento de la fabricación de plásticos. Lo que parece claro, sin embargo, es que las estrategias económicas basadas en el petróleo son apuestas poco sensatas para el futuro, ya que se enfrentan al giro mundial hacia producciones más sostenibles y respetuosas con el medio ambiente.

Programa para Profesionales Certificados en Sostenibilidad (CSR), Edición Liderazgo 2020, 7, 8 y 9 de octubre, VERSIÓN DIGITAL enseña a los participantes a anticiparse y adaptarse a un entorno energético en constante cambio. Aprender y anticiparse son las mejores herramientas para afrontar cualquier tipo de crisis.