Las estrategias medioambientales, sociales y de gobernanza (ASG), que en su día fueron el paradigma de la inversión progresista, están experimentando una transformación impulsada por el mercado. Antes impulsadas por imperativos morales y presiones de las partes interesadas, las ESG se examinan ahora desde la óptica de la creación de valor. La pregunta que deben plantearse ahora los profesionales y las empresas no es "¿Qué es lo correcto?", sino "¿Qué aporta un valor cuantificable?".
Este Cambio del valor de mercado ESG está obligando a organizaciones y profesionales a reconsiderar sus planteamientos, herramientas y prioridades.
El declive de la señalización de la virtud
En la última década, la ASG se ha convertido en la corriente dominante, impulsada por el sentimiento de los inversores, la responsabilidad pública y un cambio general de la sociedad hacia prácticas empresariales responsables. Sin embargo, el auge vino acompañado de una advertencia: se puso demasiado énfasis en la marca en detrimento de la sustancia. Términos como "lavado verde" y "señalización de virtudes" se convirtieron en críticas frecuentes de los esfuerzos en materia de ASG que carecían de métricas tangibles o fundamento económico.
En abril de 2025, un Análisis de Reuters se hizo eco de estos sentimientos, señalando que los defensores de la ESG deben enfrentarse ahora a una dura realidad: los mercados siguen el valor, no la virtud. Las inversiones y estrategias que no pueden demostrar resistencia financiera o mitigación de riesgos se consideran cada vez menos prácticas, cuando no perjudiciales.
ESG como herramienta de gestión de riesgos
En lugar de considerar la ASG como un marco ideológico, los principales inversores la tratan ahora como una herramienta para gestionar los riesgos a largo plazo. Esto incluye evaluar cómo el cambio climático puede alterar las cadenas de suministro, cómo la diversidad influye en la toma de decisiones o cómo las estructuras de gobierno influyen en la ética y el cumplimiento de las empresas.
Este giro requiere que los profesionales de ESG hablen el lenguaje de los impacto financiero y valor estratégico-no sólo el bien social.
Los datos y la transparencia no son negociables
Un aspecto clave de este reajuste del mercado es que las afirmaciones sobre ASG deben estar respaldadas por datos. Los inversores exigen parámetros que puedan medirse, supervisarse y compararse. Esto incluye:
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Informes sobre emisiones de carbono de alcance 1-3
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Demografía de la mano de obra e iniciativas de sostenibilidad social
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Remuneración de los ejecutivos vinculada a los indicadores ESG
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Transparencia de la cadena de suministro
Sin datos creíbles, la ESG pierde por completo su propuesta de valor. Además, los profesionales deben dominar los marcos de elaboración de informes de sostenibilidad, como los siguientes GRI, SASB y TCFDy adaptarse a la evolución de la normativa en las distintas jurisdicciones.
Implicaciones para las carreras relacionadas con la sostenibilidad
Esta transición supone tanto un reto como una oportunidad para los profesionales del sector. Las funciones tradicionales centradas en la comunicación y el cumplimiento están evolucionando hacia puestos más estratégicos e impulsados por el análisis. Las competencias en análisis de datos, finanzas, evaluación de la materialidad y evaluación de riesgos se están convirtiendo en requisitos indispensables.
Para mantenerse a la vanguardia, los profesionales deberían considerar la posibilidad de inscribirse en programas de formación especializados en ESG y sostenibilidad, como el Programa para Profesionales Certificados en Sostenibilidad - Edición Liderazgopara adquirir las competencias necesarias en el mercado actual, impulsado por los valores.
Ahora los profesionales deben adaptar sus capacidades a las Cambio del valor de mercado ESGo arriesgarse a quedarse obsoleto en un espacio que ya no recompensa las aspiraciones vagas.
¿Qué deben hacer las empresas?
Para seguir siendo relevantes, las empresas deben:
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Integrar la ASG en la estrategia empresarial - Vincular los objetivos de sostenibilidad con los ingresos, la eficiencia y la gestión de riesgos.
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Centrarse en cuestiones materiales - las de mayor impacto financiero y operativo.
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Invertir en formación y reciclaje - especialmente en análisis de datos ESG, elaboración de informes y modelos financieros.
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Comprometerse con la autenticidad - sólo hacer afirmaciones sobre ESG que puedan justificarse.
Reflexiones finales
El panorama de la ASG no está desapareciendo, está madurando. Para los defensores de la sostenibilidad, se trata de una llamada a elevar sus prácticas, anclar su trabajo en los fundamentos empresariales y demostrar que el propósito y el beneficio pueden, y deben, coexistir.
A medida que el mundo se alinee en torno al valor, la próxima generación de líderes en ESG será la que entienda que la virtud no es suficiente...es la nueva virtud.