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Biocombustibles e hidrógeno en el transporte marítimo y la logística: Preparación de los equipos ESG para una transición energética sostenible

19 de noviembre de 2024
Por CSE
Biocarburantes e hidrógeno en el transporte marítimo y la logística

La transición mundial hacia la energía sostenible reconfigura los sectores del transporte, la logística y la navegación. Con objetivos climáticos estrictos como el Pacto Verde Europeo y la creciente presión para combatir el cambio climático, estos sectores buscan combustibles alternativos para reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Entre la miríada de tecnologías emergentes, biocarburantes y hidrógeno destacan como alternativas prometedoras. Cada una de ellas ofrece ventajas, retos y oportunidades únicas para descarbonizar el transporte y la logística.

Para los gestores de ESG, estos avances representan no sólo una oportunidad para reducir las emisiones de carbono, sino también una complejo panorama de riesgos, estrategias y responsabilidades. Comprender y superar estos retos es fundamental para garantizar que las empresas cumplan tanto los requisitos normativos como las expectativas de las partes interesadas, al tiempo que se posicionan como líderes en sostenibilidad.

El papel de ESG en la transición energética

Los departamentos ESG ya no son meros participantes periféricos en la estrategia corporativa; ahora son fundamentales a la hora de determinar cómo responden las empresas a los imperativos de la descarbonización.. La adopción de biocombustibles e hidrógeno se alinea directamente con las prioridades ESG, ofreciendo vías para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, mejorar la calidad del aire y aumentar la seguridad energética a largo plazo reduciendo la dependencia del petróleo extranjero. Sin embargo, esta transición no está exenta de complejidades. Los gestores de ESG deben evaluar cuidadosamente el impacto ambiental, los costes y la viabilidad operativa de estos combustibles, integrándolos al mismo tiempo en planes corporativos de sostenibilidad más amplios.

Los biocarburantes presentan una solución inmediata por su compatibilidad con los motores y la infraestructura existentes. Estos combustibles, derivados de materiales orgánicos, pueden utilizarse en las flotas actuales con unos ajustes mínimos, ofreciendo un enfoque de reducción de emisiones con barreras relativamente bajas. Sin embargo, los equipos ESG deben permanecer vigilantes en cuanto al abastecimiento sostenible de biocombustibles. Las prácticas de producción insostenibles, como la deforestación o el uso excesivo de agua, podrían socavar sus beneficios medioambientales y atraer el escrutinio negativo de reguladores y partes interesadas.

El hidrógeno, en cambio, ofrece un potencial transformador a largo plazo. Como combustible que sólo emite vapor de agua cuando se utiliza, el hidrógeno verde -producido a partir de energías renovables- podría revolucionar los sistemas energéticos de los sectores de la logística y el transporte marítimo. Sin embargo, su adopción exige superar importantes retos, como los elevados costes de producción, las limitadas infraestructuras y los problemas de seguridad. Los gestores de ESG deben liderar la superación de estas barreras abogando por la inversión en la tecnología del hidrógeno, colaborando con socios y presionando para que se establezcan marcos normativos más claros.

Presiones normativas y del mercado

Una de las principales responsabilidades de los equipos de ESG en esta transición es garantizar el cumplimiento de una red en evolución de normativas internacionales y regionales. En el sector del transporte marítimo, por ejemplo, la Organización Marítima Internacional (OMI) ha introducido objetivos ambiciosos para reducir las emisiones. Del mismo modo, la Green Deal de la Unión Europea y el FuelEU Iniciativa marítima exigen reducciones significativas de las emisiones de gases de efecto invernadero en todos los modos de transporte. El incumplimiento de estos parámetros podría acarrear multas, daños a la reputación o pérdida de oportunidades de mercado.

Más allá del cumplimiento, Los gestores de ESG deben reconocer las ventajas competitivas de ser los primeros en adoptar combustibles alternativos. Las empresas que realizan una transición proactiva hacia los biocombustibles o el hidrógeno pueden posicionarse como líderes en sostenibilidad, atrayendo a inversores centrados en ESG y estableciendo relaciones más sólidas con clientes concienciados con el medio ambiente. Este enfoque previsor no solo mejora la reputación de la marca, sino que también mitiga los riesgos financieros asociados a los impuestos sobre el carbono y la fluctuación de los precios de los combustibles fósiles.

Preparar el futuro

Integrar con éxito los biocombustibles y el hidrógeno en las estrategias corporativas requiere un enfoque proactivo y multidisciplinar. Los gestores de ESG deben dar prioridad al desarrollo de evaluaciones exhaustivas del ciclo de vida de estos combustibles, analizando su impacto ambiental desde la producción hasta el uso final. Al comprender las implicaciones más amplias de su adopción, las empresas pueden tomar decisiones informadas que se ajusten a los objetivos de sostenibilidad a largo plazo.

La colaboración es otra piedra angular de una preparación eficaz. La transición a combustibles alternativos suele implicar cambios significativos en las infraestructuras, las cadenas de suministro y los procesos operativos. Los departamentos de ESG deben colaborar estrechamente con los equipos de contratación, los proveedores de tecnología y los organismos gubernamentales para crear los sistemas de apoyo necesarios. Tanto si se trata de conseguir proveedores de biocombustibles sostenibles como de abogar por la inversión pública en estaciones de repostaje de hidrógeno, las asociaciones desempeñarán un papel fundamental para garantizar una transición fluida.

Igualmente importante es la necesidad de informes y comunicación transparentes. Las partes interesadas -desde inversores hasta empleados y clientes- esperan actualizaciones claras y creíbles sobre los avances de una empresa hacia la descarbonización. Los equipos de ESG deben implantar sistemas de control sólidos para realizar un seguimiento de la reducción de emisiones, identificar áreas de mejora y compartir historias de éxito.

Riesgos y oportunidades

La transición a los biocarburantes y el hidrógeno no está exenta de riesgos. En el caso de los biocombustibles, hay que gestionar cuidadosamente los posibles cambios en el uso del suelo, la pérdida de biodiversidad y el agotamiento de los recursos hídricos. En el caso del hidrógeno, los problemas de seguridad relacionados con el almacenamiento y el transporte, así como los importantes costes iniciales del desarrollo de infraestructuras, presentan obstáculos formidables. Los gestores de ESG deben participar activamente en la evaluación de riesgos y la planificación de escenarios para hacer frente a estos retos, garantizando que la adopción de combustibles alternativos no genere impactos medioambientales o sociales no deseados.

Sin embargo, las oportunidades superan con creces los riesgos. Los biocombustibles ofrecen una solución práctica para la reducción inmediata de las emisiones, sobre todo para las empresas que buscan ecologizar sus flotas existentes sin grandes revisiones. El hidrógeno, aunque requiere una preparación más exhaustiva, promete un cambio revolucionario en la forma en que los sectores de la logística y el transporte marítimo abordan la energía. Juntos, estos combustibles ofrecen una hoja de ruta para que las empresas logren emisiones netas cero al tiempo que mejoran la resistencia y la competitividad.

Hacia un futuro energético sostenible

Para los gestores de ESG, la aparición de los biocombustibles y el hidrógeno representa tanto un reto como una oportunidad. Navegar por esta transición requiere una combinación de conocimientos técnicos, colaboración estratégica y un firme compromiso con la sostenibilidad. Al adelantarse a los cambios normativos, crear asociaciones intersectoriales y centrarse en la transparencia y la rendición de cuentas, los equipos de ASG pueden posicionar a sus empresas como líderes en la carrera hacia la descarbonización.

El viaje hacia un futuro sostenible no es lineal y habrá obstáculos en el camino. Pero con los biocombustibles aportando una solución inmediata y el hidrógeno allanando el camino para una transformación a largo plazo, los gestores de ESG tienen las claves de un sector del transporte y la logística más limpio, ecológico y resistente. Su liderazgo y visión determinarán en última instancia el éxito de la adaptación de las empresas a esta nueva era de innovación energética.

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